Verdaderamente la conquista de la sabiduría en el ser humano pasa necesariamente por el descubrimiento de los elementos esenciales que permiten el desarrollo de la creación. Estas constantes que permiten que todo sea como es y no de otra forma.
No nos cansamos de apelar a la consciencia para que este milagro del reconocimiento del todo se pueda dar y el velo se pueda retirar ofreciendo el orden interno que palpita detrás de cada cosa, de cada partícula, de cada hecho.
Las claves dadas a los hombres y mujeres durante milenios para profundizar sobre la aparente realidad abrió y sigue abriendo ahora mas que nunca muchas consciencias, permitiendo que el entendimiento se convierta en revelación, y esta en transformación. Estas claves a veces llamadas esotéricas y nutridas por pequeños grupos de personas, iniciados, adeptos, ahora encuentran su resonancia y confirmación en la ciencia mas actual y revolucionaria.
Nunca nadie descubre nada, simplemente revela lo que ya es, haciendo que empiece a existir para la humanidad y por lo tanto su influencia-realidad se haga consciente.
Para los ojos del buscador como para los del científico la realidad que observamos es aparente y siempre esconde significados y conexiones mayores. Sólo se trata de mirar desde otro lugar, recordando que con nuestra mirada-consciencia estamos transformando lo que observamos.
Encontrar los hilos que conectan cada elemento con todos los demás demanda de paciencia, silencio interior y el lenguaje adecuado que descifre lo que percibimos desde otro lugar que no es la mente racional y analítica. Un lenguaje que nos abre a un sentido interno que no tiene limites, que simplemente Es y que llamamos consciencia, la cual puede viajar libremente por el universo y revelar el todo.
Todo nace de algo, todo esta unido a todo, todo tiene un sentido, nada esta separado…
Realmente estas afirmaciones son como agujeros negros en nuestra cabeza, donde lo mejor que puede hacer es perderse para poder ser transcendida y por fin silenciarse.
Todo esto el cuerpo ya lo sabe, el corazón lo percibe y el alma lo contiene, el único ignorante es la pobre y limitada mente a la que extrañamente le hemos concedido el puesto de mando donde el ciego es el que dirige.
Ahora es el momento en que la ciencia y la espiritualidad establezcan las alianzas perdidas y por fin reencontradas para dotar a la humanidad de las claves para una más y mejor vida plena y consciente en armonía con las leyes universales.
Donde cada ser recobre sus propias alianzas entre la dualidad, yin-yang, consciente-inconsciente, cerebro derecho-cerebro izquierdo y restablecer la unidad perdida o tercer elemento andrógino, que acabará con el sufrimiento de todos los seres aquí y ahora en una paz eterna.