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Sufrimiento Universal

Este sufrimiento nace en el momento de división de la Unidad, donde el uno se rompe, se rasga, se divide en dos y así permite a la experiencia de vida poder manifestarse durante el tiempo de un ciclo. A partir de esta división bañara toda la creación hasta el momento del reencuentro en la Unidad.

El ser humano como supraconsciencia le toca integrar y aceptar en lo más alto de su Ser este sufrimiento universal para dejar de luchar e identificarse en el, en una batalla estéril de incomprensión y negación que solo conducen a la desesperanza y al nihilismo más corrosivo.

La aceptación profunda y el entendimiento que nos aporta la consciencia nos pueden ofrecer las mejores formas de acercarnos al sufrimiento consciente. Ese que pasa del dolor profundo como forma de expresión, a revelación interna dotada de sentido, que posiblemente sea a la vez un fabuloso disolvente de karma y por lo tanto de inconsciencia.

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Dejar de atribuirse el sufrimiento es un acto liberador que nos aporta un mayor reconocimiento de lo colectivo y universal como partes esenciales del Ser. Entendiendo que no se puede escapar de este sufrimiento inherente a la vida, pero si se puede hacer de él revelador de consciencia y de unidad del Hombre en su colectivo.

Existen grados de sufrimiento que a veces parecen exceder la resistencia humana, los avatares karmicos colectivos en los que nos encontramos nos ofrecen esta amarga realidad delante de nuestros ojos dejandonos sin palabras y a menudo con una sensación de impotencia muy desagradable. Posiblemente esto haga diabólicamente feliz a aquellos que no desean que el ser humano reencuentre su potencia expresada y por tanto su belleza original con la que fue conceptualizado.

Pero esta sensación-ilusión debe de cesar desde el momento en el que el ser se revela y decide pasar a la acción, acción que le conducirá al descubrimiento de su potencial de vida y de compromiso como llaves de acceso al Amor Universal. Aquel que podrá suavizar todo dolor y sufrimiento en si mismo y en el colectivo y que es el que ha permitido a la creación su existencia.

Desde ese momento todo esta abierto, nada esta cerrado y entonces comprenderemos que entre todos podemos crear una realidad diferente desde la luz y la verdad del amor eterno.

Energética y Espiritualidad

La energética nos ofrece una explicación del universo que parte de lo vibratorio y por lo tanto del lenguaje de la energía-vida, esta visión real no se contamina de creencias, conceptos o cultura. Se capta desde lo vibratorio y se percibe e integra de la misma forma,  por ello se acerca tanto a lo esencial y es desde lo esencial, esencia-cielo que se establece el puente con lo espiritual.

Para este trabajo con lo vibratorio es necesario e imprescindible la práctica con el vacío mental como llave de apertura a las grandes ondas universales, mas allá de las pequeñas ondas terrestres, silenciando la mente condicionada y dual a la escucha del todo. 

La espiritualidad en estos momentos pasa por este despertar a la Consciencia Universal que se expande libremente por todo el universo y que el hombre puede encarnar al ascender en el tiempo vertical, esta apertura de las consciencias pasa por la integración de nuevos estados vibratorios en la humanidad que permitan  nutrir la consciencia colectiva.

La evolución vibratorio-espiritual en el hombre-mujer no es mas que el nivel de empatía y reconocimiento con el universo. Esto nos exige la comprensión y toma de consciencia sobre la realidad energética y vibratoria de todo lo creado y la intima relación entre lo infinitamente pequeño y lo infinitamente grande y universal. El reconocimiento y encarnación de nuestra identidad y su respeto, el trabajo sobre la estructura energética del ser humano y la posibilidad de expresar el equilibrio entre lo que somos y lo que aportamos a lo real, el reconocimiento de lo alto y lo bajo de la creación y la elección que se deriva de ello. Y por supuesto la conquista de la  libertad como espacio interior de apertura al todo y de reencuentro con la presencia que anima.

Esta nueva espiritualidad coloreada por lo energético-vibratorio abre a la unidad entre los seres humanos que reconocen lo real como fruto de verdad que emana de la creación. Y el reconocimiento de ser a ser desde la verdadera fraternidad, que es ley universal que permite reconocer la filiación divina en si mismo y en el otro. 

Desde aquí la construcción de lo necesario para traer la trascendencia y remontar la vivencia en este nuevo tiempo será obra fraternal del conjunto de las razas humanas en su unidad reencontrada y universal.

El Orden

Si sabemos mirar a nuestro interior y a la naturaleza que nos rodea nos encontraremos con un orden intrínseco que la mayoría de las veces escapa a la mirada dual y condicionada de nuestra mente. Encontrar la mirada que revela lo que se esconde detrás de las apariencias necesita de entrenamiento y ascesis.

Vigilancia sobre el soporte que damos a lo que consciencializamos a través de nuestros ojos externos e internos y que nos va a dar una interpretación de la realidad en base al nivel de consciencia, inconsciencia o anti-consciencia que le demos. Por esto es que el cristal que interponemos entre la realidad y nosotros es el que va a teñir lo que percibimos de una forma evidente. A mayor nivel de1426843327_587140_1426850551_album_normal consciencia, mayor porción de realidad y mayor será el abanico perceptual. A mayor silencio interior, mayor objetividad y ecuanimidad, a mayor presencia, mayor recepción vibratoria real y así podíamos seguir dependiendo del que escriba estas palabras y su nivel de penetración, percepción.

Vislumbrar este Orden nos abre de inmediato al asombro, asombro de la maravilla de la que formamos parte como seres humanos conscientes en este Universo plagado de belleza y engendrado de amor. Este asombro es el que mueve al ser a querer indagar, profundizar, tocar el universo que le circunda y revelar sus secretos, convertido en el explorador de la creación revelándose a la vez como criatura y creador despertando a una realidad mayor.

El camino de la consciencia nos espera ahora más que nunca para ser recorrido por una humanidad sedienta de respuestas, de justicia y de unidad. Y para ello es necesario cambiar la mirada sobre el mundo y sobre nosotros mismos, elevando la vibración de nuestra consciencia ampliando el campo perceptual en el que nos movemos. Abriendo nuestro campo de visión 360 grados entendiendo el mundo de interdependencias que nos toca vivir y la influencia de cada acto, pensamiento, palabras y elecciones en lo que vivimos y aún más importante en como lo vivimos.

Porque la vivencia es lo que nutre el polo de la muerte o de la vida a cada instante, inclinando nuestra balanza personal y colectiva hacia la evolución y el aprendizaje o el sufrimiento y la negación.

Posiblemente para eso sirven las crisis y acontecimientos dolorosos de todo tipo que vivimos en estos tiempos de pasaje. Hacernos participes de aprendizajes y elecciones colectivas que colorearan nuestro futuro próximo hacia uno u otro lugar, tejiendo el destino como humanidad en un sistema solar que interpreta una sinfonía universal.

Somos seres vibratorios y resonantes con la capacidad de revelar la vida y alumbrar lo que es a cada instante, siendo soportes al orden de lo creado.

La Acción Colectiva y Consciente

El entrar en el silencio interior posibilita tomar consciencia de uno mismo, desde lo físico hasta lo más sutil, reunificando las distintas partes y elementos que constituyen nuestra realidad de encarnación. Permitiendo la unidad en uno mismo y a partir de ahí el encuentro y la toma de consciencia de lo que esta fuera creando unidades mayores, hasta reencontrar el Uno, indivisible e incognoscible, infinito e insondable, donde la consciencia evoluciona en un tiempo vertical, que es un no-tiempo.

IMG_6295Desde lo microscópico de las células hasta el inmenso universo de los cúmulos galácticos, todo esta reunido en este tejido no-visible que llamamos Trama y que permite reunir, comunicar, conectar todos los elementos visibles y no-visibles de este Universo-Vida. Una misma matriz bañada por la energía de Consciencia que el hombre puede vehicular a través del Reconocimiento como acto voluntario de esta.

Este acto de reconocimiento nos permite salir de la dualidad y entrar en la paz interior del alma, donde se reconoce lo que Es, nutriéndonos de este reconocimiento por el planeta, sus reinos y el colectivo de su humanidad como piedra consciente de este.

Es desde este reconocimiento que es Amor puesto en acción, donde nuestros pensamientos, acciones, ideaciones, tienen toda la fuerza y la potencia de transformar e iluminar los espacios. Aligerar las energías de sufrimiento, impotencia, inconsciencia, y no-reconocimiento, que se expresan en tramas individuales y colectivas, no permitiendo a los seres y los reinos su evolución en tiempo presente y su libertad de elección y compromiso desde su identidad.

El Re-unirse para hacer estos actos conscientes de reconocimiento a través de meditaciones, plegarias, ideaciones, por y para la vida, dota al hombre/mujer de toda su potencia expresada y puesta en acción por algo mayor que uno mismo. Que es el colectivo humano y universal del que somos células, así las partes pueden consciencializar el todo y el todo volver a la unidad nutriendo la consciencia colectiva en la que evolucionamos.

Es momento de reconocer la potencia de diferentes voluntades alineadas por un mismo objetivo, trabajando desde lo sutil y en unidad con uno mismo. Vehiculando energías de Unidad, Amor, Reconocimiento y Fraternidad allí donde más falta hace en cada instante. Trascendiendo las diferencias y saliendo de la dualidad, encontrando juntos los hilos de la trama que nos unen a esos lugares y a esos seres que escenifican y padecen la expresión de un karma colectivo puesto es fase. Reconociendo en ellos la misma fuerza que nos anima, que es habitación del espíritu y puro amor encarnado.

Estado de Gratitud

El estado de gratitud es lo más parecido a estar en estado de gracia, sentirse como un globo a punto de explotar con sensaciones de alegría, de sentido y de plenitud a la vez. Sorprendidos porque llega de repente, sin avisar, inundando nuestra realidad perceptiva con destellos de luz que nos dejan ciegos por momentos.

Y es así que nos hace abrir los ojos de dentro a una realidad mayor imposible de nombrar, donde cada cIMG_1584osa encuentra su lugar y nada esta separado de nada. En un estado de coherencia cósmica, donde no hay posibilidad de diferenciar lo de arriba con lo de abajo, lo de fuera de lo de dentro y donde todo, simplemente Es.

Reconocer la vida que se expresa a cada instante de miles de millones de formas, colores, vibraciones, estados, elementos diferentes, es el mayor regalo que la criatura hace a la creación, iluminando esta y reconociendose en ella. Que la vida se pueda reconocer a si misma crea más vida, desplegandose en ondas resonantes hasta el infinito en una sinfonía creadora.

Las lágrimas de agradecimiento crean surcos en el rostro que hacen penetrar esa agua de vida hasta la célula, activando la consciencia física de la pertenencia y de la presencia. La habitación interior que aparta toda ilusión de soledad y de miedo a no-ser en apertura a la transfiguración interior.

Vivir en estado permanente de gratitud es un estado de iluminación que abre nuestro corazón al corazón universal que nos mantiene en su vibración sostenida de amor.

Creadores de Espacio

Meditar es convertirnos en creadores de espacio, vaciándonos de los contenidos que parasitan lo real.

Hacer espacio en nosotros conlleva sacar, remover, soltar, vaciar, todo aquello que ya no Es y que forma parte de la ilusión del pasado y por tanto de un tiempo y espacio que no fue totalmente consciencializado.

IMG_0572Hacer espacio también es reconocer el lugar que ocupan en nosotros las proyecciones del futuro que nos impiden disfrutar de nuestro presente, esto es de la expresión de la vida aquí y ahora, lo que podemos llamar Real.

Vaciarnos es un acto consciente de muerte voluntaria de las apariencias, las ilusiones, los objetos, y todo la producción de nuestro yo, para dejar que lo que Es ocupe su verdadero espacio. Espacio infinito y sin nombre que esta dentro y fuera, arriba y abajo y que ya estaba antes de todo.

Pura consciencia que engendra vida y que habita en cada partícula que conforma la existencia, por eso podemos llegar a este espacio por cualquier vía que profundice mas allá de las apariencias, de la dualidad. Esta detrás de todo y antes que todo, contenido en lo infinitamente pequeño y en lo infinitamente grande.

La supraconsciencia en el ser humano es el fruto de tocar estos espacios y expandirse en este reconocimiento. La forma de acceder a esta supraconsciencia es sutilizando nuestros diferentes cuerpos en apertura a un tiempo vertical en donde la consciencia evoluciona integrando en si los diferentes estratos o realidades del Ser.

Esta es la ruta que marca la meditación como herramienta e instrumento que nos acerca al espíritu desde la integración y transmutación de la materia.