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Primeros objetos del Universo

Es fascinante que la especie humana que representa una mínima parte de la historia del Universo desde el Big-Bang, (es muy ilustrativo el ejemplo que dan algunos científicos; si la historia del Universo se pudiera representar a escala del cuerpo humano por ejemplo, esta sería equivalente a la distancia de un brazo a otro en posición abierta, pues dentro de esta distancia virtual el homo sapiens equivaldría a un trozo de uña de un dedo) esté en estos momentos observando con sus potentes telescopios los primeros objetos que se crearon. El ser humano en una mínima parte de tiempo ha sido capaz de ahondar en aquello a lo que pertenece intentando comprender de dónde viene y hacia donde se dirige, con su afán de descubrir los misterios que le envuelven desde que nació en este planeta y posiblemente a otros. Esta realidad confirma una vez más que el hombre/mujer representa la consciencia de este Universo, por lo tanto capaz de consciencializar la realidad de su encarnación y de la creación a la que pertenece, redescubriendo el Orden que rige el todo.

fotonoticia_20120608142326_644Desde esta perspectiva totalmente real, pareciera que el futuro es nuestro y que el ser humano con estas capacidades será capaz de todo. Pero no olvidemos dentro de este potencial humano su libertad de decidir sobre los aspectos y cualidades tanto positivas como negativas que quiere desarrollar. No todos queremos avanzar y evolucionar hacia esa supraconsciencia que nos hará reconocernos como co-creadores de vida, no todos deseamos conocer esas leyes universales que nos permitan respetar la creación,  no todos deseamos un mundo en paz y armonía con capacidad de crear futuro y desarrollo allí dónde seamos capaces de llegar con nuestras naves y nuestros avances, no todos.

Esto forma parte del juego de equilibrios entre la luz y la oscuridad, entre lo de arriba y lo de abajo, entre la evolución y la involución. Estos extremos de una misma realidad están presentes continuamente en nuestra vida y en la del colectivo. Cada célula de consciencia que representamos alimenta consciente o inconscientemente uno de estos polos, con cada decisión, con cada acción, con cada pensamiento. Descubriendo que los efectos de estas expresiones no sólo tienen unas consecuencias directas sobre nuestra realidad, sino también en la realidad del colectivo humano y de la creación en su totalidad.

A mayor consciencia es inevitable mayor responsabilidad, es cuestión de madurez y humanidad. Llegan los tiempos en los que nos toca dar ese salto de la adolescencia a la edad adulta, con todo lo que esto supone, de dolores de crecimiento, de crisis y de rebeldía. Cada uno de nosotros tenemos este reto delante nuestro, esta posibilidad de dar este salto evolutivo, sólo lo podemos hacer cada uno de nosotros, el tiempo no espera.

 

2012 Energía de Victoria; el futuro que queremos

A estas alturas ya el 2012 suena de muchas formas, se colorea de innumerables tonalidades, se va haciendo cada vez más presente en nuestros pensamientos y creciendo en interés para muchos de los habitantes de este planeta.

Pero el 2012 no cabalga sólo, es el resultado de miles de años de evolución del ser humano y del Universo en el que se inscribe. Para entender en una pequeña porción de tiempo lo que representa este año es necesario retrotraerse a una de las citas importantes a nivel astrológico. Esta se dio en el año 1988 cuando se encontraron en conjunción Saturno y Urano a 29º de sagitario, iniciando un ciclo de 45 años hasta el 2033. Ese mismo año 88 la vibración solar aumento considerablemente expresando una intensidad desconocida hasta ese momento, aumentando literalmente la actividad en el interior de la bola de fuego.

El 1988 fue un despertar de la conexión con la filiación divina a través de la energía crística y su expresión en estos tiempos.

Los últimos grados de sagitario están en correspondencia con el centro de nuestra galaxia, que es un inmenso agujero negro, el sistema solar se alineará con este en diciembre del 2012. Simbólicamente nuestro sistema solar se reconectará al centro y nosotros con él como células de consciencia que pueden elegir entre eventos y futuros posibles, pues el ser humano consciente o supraconsciente se convierte en cocreador de la realidad.

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Chorros de rayos gamma salen disparados del centro de nuestra Galaxia

Desde el 88 el karma colectivo de la humanidad se acelera y se encarna con eventos kármicos ineludibles, pero cuyo resultado y vivencia depende de la toma de consciencia y apertura de los que los viven.

En energética decimos que estamos en un pasaje por el elemento fuego, que puede ser destructor y sofocante, pero también puede ser revelador y activador de la energía de consciencia. Este transito creará las aperturas a la consciencia universal necesarias para que la humanidad realice su siguiente paso evolutivo. Que el viejo hombre y la vieja mujer y sus estructuras caducas, así como el karma generado representado por Saturno, dejen paso al nuevo hombre y la nueva mujer en el instante rey donde vive el presente, regido por Urano.

Vivimos tiempos únicos en los que  nuestro posicionamiento y acción determinan la dirección y el nutrimento de cada evento, de cada pensamiento, de cada creación.

Esta reflexión nos lleva a diferenciar el espíritu y la consciencia, de la materia y la anticonsciencia. Esta dualidad esta presente desde el inicio de la creación y por nuestro libre albedrío podemos decidir nutrir una u otra, de este combate nace realmente la vida y la sensación de estar vivos.

¿Cómo queremos que sea el futuro de la humanidad?, ¿el futuro de nuestra madre tierra?, ¿el nuevo mundo al que estamos llamados?. Ha llegado el momento de construir las bases de este nuevo nivel de manifestación, de comprometernos con la evolución, con la libertad y ser capaces de construir el cielo en la tierra.

Idear una sociedad en paz, un mundo en que la materia se ponga al servicio del espíritu y las religiones como formas de religar con el Uno reencuentren su unidad.

No esperemos que nadie decida por nosotros, pues la sombra se hace más alargada cuanta más luz hay. Este es el momento de movilizarse y convertirnos en actores de nueva vida, de más vida, que nuestros descendientes llevarán a la realización pues ya vienen preparados para ello.

En el año 1994 fuimos testigos de un evento cósmico de inimaginables consecuencias, pudimos observar una nueva alianza para los seres humanos con su creador.

Todo ello interpretado por el cometa Shoemaker-Levy 9 haciendo de espermatozoide y de collar de perlas simbólico con toda la información necesaria para este nuevo pasaje universal impactando sobre el planeta-óvulo Júpiter.

Durante siete días los 21+1 trozos de este cometa fecundaron este planeta maestro con las nuevas energías de la remontada del espíritu.

A partir de este «impacto del milenio» como fue llamado por los astrónomos nuestro sistema solar entro de lleno en su acción y repercusión universal. Esto hecho abrió la posibilidad de elección para cada uno de los hombres y mujeres de este universo de volver al Uno-Padre-Creador con todas las informaciones de vida expresadas y consciencializadas  por todos los reinos de esta manifestación.

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Shoemaker-Levy 9

Todos estos acontecimientos forman parte de un orden cósmico, donde cada elemento tiene su lugar, su acción y su conexión con el resto. Vivimos en un universo inteligente regido por unas leyes universales, donde la casualidad no existe, donde la realidad es una, pero se expresa en diferentes estados vibratorios.

Si elevamos nuestro nivel vibratorio, también aumentaremos el nivel de empatía con el universo y entraremos en el tiempo universal que rige el presente, verdadera realidad mística de la encarnación y llave de eternidad.

El 2012 será lo que decidamos que sea, será la oportunidad de despertar a ese no-tiempo que hablaban los Mayas o necesitaremos de procesos de caos y destrucción para abrir los ojos. Particularmente y como célula de una parte del colectivo, yo decido que sea la luz del espíritu la que de verdad se pueda expresar ante los humanos dentro y fuera de ellos.

Debemos prepararnos para ver lo que nunca hemos visto, situémonos  a la escucha, afinemos nuestros sentidos y limpiemos nuestros corazones de toda impureza. Seamos antenas de consciencia entre la tierra y el cielo y percibamos al colectivo como la Unidad que es y que el amor sea el motor que nos anime.

02/06/2009

 

 

 

 

 

 

 

Energética y Espiritualidad

La energética nos ofrece una explicación del universo que parte de lo vibratorio y por lo tanto del lenguaje de la energía-vida, esta visión real no se contamina de creencias, conceptos o cultura. Se capta desde lo vibratorio y se percibe e integra de la misma forma,  por ello se acerca tanto a lo esencial y es desde lo esencial, esencia-cielo que se establece el puente con lo espiritual.

Para este trabajo con lo vibratorio es necesario e imprescindible la práctica con el vacío mental como llave de apertura a las grandes ondas universales, mas allá de las pequeñas ondas terrestres, silenciando la mente condicionada y dual a la escucha del todo. 

La espiritualidad en estos momentos pasa por este despertar a la Consciencia Universal que se expande libremente por todo el universo y que el hombre puede encarnar al ascender en el tiempo vertical, esta apertura de las consciencias pasa por la integración de nuevos estados vibratorios en la humanidad que permitan  nutrir la consciencia colectiva.

La evolución vibratorio-espiritual en el hombre-mujer no es mas que el nivel de empatía y reconocimiento con el universo. Esto nos exige la comprensión y toma de consciencia sobre la realidad energética y vibratoria de todo lo creado y la intima relación entre lo infinitamente pequeño y lo infinitamente grande y universal. El reconocimiento y encarnación de nuestra identidad y su respeto, el trabajo sobre la estructura energética del ser humano y la posibilidad de expresar el equilibrio entre lo que somos y lo que aportamos a lo real, el reconocimiento de lo alto y lo bajo de la creación y la elección que se deriva de ello. Y por supuesto la conquista de la  libertad como espacio interior de apertura al todo y de reencuentro con la presencia que anima.

Esta nueva espiritualidad coloreada por lo energético-vibratorio abre a la unidad entre los seres humanos que reconocen lo real como fruto de verdad que emana de la creación. Y el reconocimiento de ser a ser desde la verdadera fraternidad, que es ley universal que permite reconocer la filiación divina en si mismo y en el otro. 

Desde aquí la construcción de lo necesario para traer la trascendencia y remontar la vivencia en este nuevo tiempo será obra fraternal del conjunto de las razas humanas en su unidad reencontrada y universal.

Karmas y Marcas

Como seres humanos vamos dejando un rastro de vivencias y experiencias, de hechos y negaciones, de alegrías y tristezas, de creaciones y destrucciones, es inevitable. Formamos parte de lo manifestado-encarnado y eso supone una continua fricción con lo que Es.

Muy a menudo nuestras acciones no son conscientes y por lo tanto no caemos en la cuenta de la reacción producida por toda acción y sus consecuencias. Tarde o temprano estas consecuencias tendremos que vivirlas en primer plano, en el cuerpo, en la célula, en todo nuestro ser. El llamado karma que a veces situamos como algo muy sutil en conexión con el alma, también se expresa físicamente, a través de sensaciones, dolores, vacíos.

Nuestro cuerpo es el templo de nuestro espíritu y como tal templo está habitado de eso que somos, de aquello con lo que venimos dessolo-cuerpos-desnudos_CLAIMA20120630_0096_4de la noche de los tiempos y de aquello que hemos vivenciado, expresado, encarnado. Por ello lo espiritual no se puede vivir desde lo pensado o imaginado, lo espiritual es la realidad misma fuera de toda falsificación o distorsión. El espíritu habita toda célula, todo átomo, toda partícula, todo nuestro microcosmos y todo lo que somos.

Al llevar la consciencia a estos espacios, descubrimos engranajes, nudos, energías encerradas en un espacio tiempo, esperando ser liberadas, expresadas y reconocidas.

Al reconocer esto que nos habita permitimos su disolución y por lo tanto la liberación de tiempos que ya no son, de miedos que ya no están, de dolores encerrados en un tiempo asociados a sufrimientos y represiones. En la medida en que nos vacíamos de aquello que ya no es, lo que Es nos puede habitar y ser expresado, uniendo lo de arriba con lo de abajo, lo de fuera con lo de dentro y por fin simplemente Ser, sin trabas, sin grilletes.

Esto es un trabajo de toda una vida, bueno mejor dicho de unas cuantas de vidas, de vidas conscientes y operativas, en las que con la luz de la consciencia hemos reconocido y hemos expresado, liberando a la forma del tiempo y al espíritu de la materia.

Perdón con Mayúsculas

Si queremos construir vías de entendimiento entre personas, grupos, e incluso países en conflicto, uno de los pasos necesarios va a ser el del perdón. Pero no el perdón que concede el ofendido, ni el perdón que pide el que ofende, el Perdón con mayúsculas que conlleva la apertura del centro del corazón y que vehicula la energía de redención capaz de lavar toda falta y depurar cualquier energía de no-reconocimiento.

Este acto requiere de un trabajo anterior de reconocimiento del espíritu-vida que anima a todo ser vivo y que nos lleva a comprender que somos células de consciencia de un organismo mayor. Desde ahí podemos encontrar la unidad con el otro fuera de toda separación grotesca que realiza nuestro ego diferenciador y clasificador, capaz de juzgar y de echar balones fuera a la hora de reconocer la responsabilidad de nuestros actos, pensamientos, palabras.

El perdón nos pide un cambio en la mirada respecto a la creación y a nosotros mismos, buscando los elementos que nos unen y namaskar-nic3b1anos amalgaman respetando nuestra identidad y favoreciendo el encuentro. Este encuentro siempre nace del presente, que es la puerta de la historia y que nos permite bucear en los engramajes ocultos de nuestro inconsciente donde el sufrimiento quedo anestesiado y congelado esperando ser revelado.

A través de esta mirada de revelación del presente podemos perdonarnos y sanar la heridas, con este ungüento mágico que es el fuego de consciencia.

Si no hay perdón, no hay posibilidad de trasmutar el karma que nos mantiene presos en  repeticiones cíclicas de dramas personales y colectivos que claman la toma de consciencia y la resolución para liberarnos de una capa de cebolla más.

El perdón también requiere de una buena dosis de humildad que nos muestra el lugar de cada elemento de la creación en un orden universal, en el cual todo tiene un espacio y un tiempo de expresión. Al mirar al planeta que nos acoge reconociendo estas partes como un todo, podemos sentir cierta intranquilidad por los actos cometidos sobre este planeta. Nuestra madre tierra necesita que redimamos estos actos crueles y totalmente inconscientes decidiendo encarnar su supraconsciencia y elevando su frecuencia vibratoria que le conecta con el sol.

El perdón restituye las posibilidades y abre nuevas vías, siempre y cuando dejemos la culpabilidad que nos anula y nos inmoviliza y empecemos a sustituirla por la responsabilidad. Que es la que nos permite expresarnos como adultos capaces de reconocer las faltas y por lo tanto con la aptitud de modificar el rumbo y renacer a un nuevo presente preñado de posibilidades.