La energética nos abre a lo real y al lenguaje de las energías que es lo vibratorio, desde ahí es posible identificar y comprender la realidad sin intermediarios como la mente, a través del vacío mental del terapeuta y la recepción vibratoria del estado de los centros de la persona, podemos tener una información detallada de los posibles cierres, bloqueos o engramajes en los centros energéticos o chakras en tiempo real y sus efectos en diferentes niveles; físico, emocional, psicológico, espiritual, con la consiguiente toma de consciencia del paciente y las posibles decisiones y acciones a tomar.
Con el trabajo vibratorio podemos aprender a liberar esos bloqueos y favorecer la circulación energética que posibilita el equilibrio de todos los sistemas, comprendiendo la interconexión de los diferentes cuerpos y realidades del ser humano y la importancia de la escucha de uno mismo que es la base para poder gestionar esto que somos.
Cada centro energético es una fuente de emisión y de recepción de energía/información con todo el Universo, tienen correspondencias con partes del cuerpo físico, órganos, glándulas, colores, sonidos, cualidades en positivo y en negativo, etc…cada centro puede expresar nuestra identidad o no y estar en tiempo presente o no, puede expresar el potencial de vida que nos ha sido dado en esta vida o estar en una vivencia por encima o por debajo de este potencial creando los desequilibrios que ello supone, este conocimiento y el aprender a trabajar con el supone acceder a la base energética que sustenta toda nuestra vida.
El trabajo vibratorio es una muy buena forma de prevención de todo tipo de desequilibrios y enfermedades, toda enfermedad ya cristalizada en el cuerpo físico antes ha tenido que nacer y desarrollarse en cuerpos más sutiles, pues la realidad se encarna de lo no-visible a lo visible, es por ello que la meditación y el trabajo vibratorio con lo centros energéticos disuelven estas semillas de inconsciencia, nudos negativos, dependencias, anti-canales e influencias negativas del cuerpo astral, programaciones de otro tiempo y todo tipo de distorsión evitando su vivencia en el físico.
El posicionamiento del paciente en la terapia es fundamental tanto o más que la del terapeuta, pues es él el que debe acceder de una forma consciente y abierta a la información inconsciente que se haya en su interior, por ello es conducido a un estado de consciencia de unidad y de relación tierra-cielo en tiempo presente y en receptividad de espacios más sutiles y ello en la expresión de sus centros y elementos, dejando que cualquier contenido se disuelva en la mirada de consciencia que revela y que no juzga a la vez que el terapeuta le ayuda a desprogramar y habitar los espacios con su identidad.
Es una bella relación de amor y de colaboración entre seres humanos que buscan la verdad y el reconocimiento de la creación.
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Meditaciones y trabajo vibratorio individualizado
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